Pasaron meses y meses
y aquel galán no volvió,
y Adelina se ha casado
con el jefe de estación.
Pero con tan mala suerte
que, a los dos días del hecho,
murió su pobre marido
de dos anginas de pecho.
Y la pobre medio loca,
creyéndose en la estación,
cuando ya se lo llevaban
así al fiambre cantó:
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1 comentario:
Jarrrrrrrrrrrrll!!!!!
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